27 de agosto de 2007

Columna de Jorge Cash

Columna de Opinión de nuestro
amigo y camarada,
Jorge Cash, Presidente Regional Metropolitano JDC
La primera magistratura de la nación es una investidura reservada sólo para algunos ciudadanos. Nuestra historia republicana enseña que, con excepción de las interrupciones que han afectado nuestros procesos democráticos, dicho cargo sólo ha sido ostentado por quienes, tanto en su vida pública como privada, han observado un comportamiento coherente y sin contradicciones políticas, ideológicas ni morales.
Por lo anterior, nos llama poderosamente la atención como el eterno pre- candidato presidencial Sebastián Piñera ha logrado entusiasmar a un número atendible de chilenos, pese a no cumplir con la impronta histórica que han tenido los Presidentes de Chile, es decir, una conducta consecuente en su vida pública y privada, sin conflictos éticos ni morales, ni confusiones conceptuales políticas o ideológicas.Así las cosas, muchos episodios de su vida ilustran nítidamente su permanente contradicción, asunto que por fuerza nos obliga a configurar una inhabilidad que no proviene en este caso de la ley, sino de las raíces mismas de nuestra república y la cual se erige como obstáculo insalvable para conducir los destinos de nuestra nación.Por ejemplo, su participación activa y efusiva en la campaña por el NO, para luego respaldar a Buchi con la misma intensidad y compromiso, y, en consecuencia, a todos quienes legitimaron con su participación protagónica los pasajes más oscuros del régimen militar.Por otro lado, destaca como marca imborrable, la denuncia que el año 2004 hicieran pilotos y trabajadores de Lan Chile ante la OIT, producto de una serie de abusos y prácticas discriminatorias por parte de los ejecutivos de la empresa. No obstante, al año siguiente, el mismo empresario y dueño de Lan Chile recorría Chile hablando sobre los derechos de los trabajadores.A su vez, otra huella inolvidable que reafirma la naturaleza sui generis de su respaldo, es la compra de Chilevisión y la promesa a fuego que el empresario realizara a todos los chilenos antes de su adquisición, en orden a no utilizar dicho medio como instrumento político. Sin embargo, como todos hemos podido apreciar, el vuelco noticioso y la instrumentalización de su línea editorial ha sido a ratos burdo, recordándonos con prístina claridad como a comienzos de los 90” le solicitaba a Jorge Andrés Richards, que en la entrevista que debía hacerle a Evelyn Mathei la dejara en ridículo frente a todo Chile.A mayor abundamiento y apartándose de la palabra que el mismo empeñó en la última campaña presidencial con los miles de chilenos que viven en el exterior para que pudieran ejercer el derecho a sufragio, avaló inexplicablemente el accionar de los parlamentarios de su partido que con su abstención provocaron el rechazo del proyecto.
Por último, insulta la inteligencia de los chilenos, la compra de parte importante de las acciones de Colo-Colo, acompañado de un falso compromiso sentimental con la institución, siendo de público conocimiento el fanatismo histórico que él y su familia profesan por la Universidad Católica.Así las cosas, probablemente este hombre sea para muchos el arquetipo del hombre del siglo XXI, para otros, la máxima expresión de la contradicción.Por esto, es preciso tener claro que con una D.C. dividida dicho personaje tiene altas probabilidades de ser el próximo Presidente de Chile, y ese costo, cada demócrata cristiano lo pagará en conciencia.
Publicado en http://www.pdc.cl/

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